Una condena de responsabilidad de los gobiernos de España, Paraguay y Nicaragua fue la sentencia que emitió el Tribunal Internacional de los Derechos de las Mujeres, constituido en Mérida, Extremadura como un evento un evento que ofrece una “reparación simbólica” a las víctimas.
«A los Estados de Nicaragua y Paraguay, RESPONSABLES por no garantizar el ejercicio de los derechos de las mujeres«, pronunció María José Gallego, presidenta del Tribunal, que también declaró «responsable a la estructura judicial española por aplicar una justicia patriarcal que impide el pleno ejercicio de los derechos humanos».
Además instó a «todos los países firmantes de la Declaración de Pekín de 1995 al cumplimiento de sus acuerdos».
TESTIMONIOS DE DENUNCIA
La sentencia se emitió sobre la base del testimonio que emitieron las activistas y defensoras de derechos de las mujeres: Edith Espínola de Paraguay; Yerling Aguilera de Nicaragua y Marisa Tena de Extremadura, quienes durante 45 minutos y después de un periodo de contra pregunta de un jurado conformado por mujeres activistas, informaron sobre las diferentes violaciones a los derechos de las mujeres.
Espínola, en el caso de Paraguay, se refirió a la constante violación y vulneración de los derechos de las niñas explotadas como mano de obra barata, así como la nula protección del bien superior de la infancia frente a las violencias sexuales.
Aguilera, expresó que en Nicaragua existe un panorama de involución con respecto a los derechos de las mujeres y la ciudadanía en general frente a lo que denuncio como «una dictadura» señalada de cometer crímenes de lesa humanidad.
Mientras, Marisa Tena señaló al Estado de España de vulnerar los derechos de las mujeres y la niñez al aplicar la norma contaminada de estereotipos de género provocando inseguridad jurídica e injusticia social.
LA REPARACIÓN SIMBÓLICA
En palabras de Marina del Barrios, Agente de Igualdad de Malvaluna, el evento ofreció una reparación simbólica para las mujeres que han sido víctima de violación a sus derechos, así como visibilizar y ubicar en la agenda mediática la situación que se vive tanto en España como en otros países del mundo.
El evento financiado por la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aexcid) contó con la presencia de su director, Ángel Calle quien además de reconocer el trabajo de Malvaluna, cuando cumple 30 años de activismo de trabajo comprometido por la igualdad, se comprometió a ser un puente en la defensa de los derechos de las mujeres.
«Tenemos la fijación de conseguir una política de cooperación que tenga la insignia de identidad: el feminismo como bandera»,
El evento también contó con la presencia de Ana Aragoneses Lillo, Concejal Delegada de Igualdad del Ayuntamiento de Mérida e Isabel Gil Rosiña, Consejera de Igualdad y Portavocía de la Junta de Extremadura.
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